Tras una larga exposición al sol la piel se resiente, se deshidrata, pierde agua, se inflama y a veces incluso usando protección solar se enrojece y se quema provocando más tarde la aparición de manchas en la piel de todo el cuerpo, especialmente en la piel del rostro.
Es necesario realizar un diagnóstico médico personalizado para que el Doctor pueda proponerle el tratamiento más adecuado para su caso.
